Empezar:
fuego rojo quema
la boca
tropiezo
tu noche
recuerdo
tu pie
desnudo
mi refugio
(no quiero saber
la historia del país)
bonbones bañados de licor
los veo en todos lados
tus pieles mutantes
vívoro
te veo
comerme de placer
¿No es evidente
que yo no quiero
después de todo
estar lejos tuyo?
Séra el aroma de mi vida
que te refugia,
será que somos todo
lo que fuimos
y viceversa
la reversa
se reversa el verso
o a la inversa
¿se versa la vida?
no hay ya más
en tu ombligo
la pelusa rubicunda
de mi baba
cartilaginosa
es el anhelo
viejo y ríspido
olvidado
en un cajón del espejo
donde veo una mujer:
la misma que lame tu cuello
la odio,
se ve tan reluciente
de un placer mucoso,
líquido;
son los ruidos del sexo decís
esos ruidos:
esferas que se desprenden
fluídos que nos sorprenden
entonces respondo
ante la fiel gárgola amiga
la voyeur
que me vigila
en su extraña vigilia puntiaguda
¿Dónde tiro los ojos que no me sirven?
¿Dónde cuelgo las pausas secretas que no me duelen?
¿Soy sólo yo o hay alguien más?
grito ahogada en el espacio,
mí lugar,
dónde el sol
viejo naranja
brilla demasiado sobre mis veinte espinas.
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