Me pregunto si ahora va a sonar el timbre (lástima que siempre que intento predecir el futuro, crearlo, ocurre la inevitable contrariedad del destino)
Quizás que subas y te invite a mi casa
A mi cuarto
Tomar té
Cinco cucharaditas
Y que después todo se confunda entre suspiros y saliva y manos y pies y de música de fondo la noche por mi ventana
Que nos acaricie
Que nos susurre y nos eleve
Que de nuevo juntos
Que el principio se una con el final
Que ese calor con luna sin sol en invierno sin estufa
Que nos atamos y desatamos
Nos contemplamos a los costados
Y otra vez
Sin fin
Si no es hoy es mañana
Pero no se puede estar mucho tiempo lejos de lo que nos hace temblar.
1 comentario:
Y sí... tarde o temprano, se sucumbe.
O no.
Pero entonces qué triste!
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