sábado, 17 de octubre de 2009

proceso de desintoxicación



1:

arrojo
los restos
de aquel que fuera alguna vez
el más preciado
bien

te ab-sorbo
en la tranquilidad de mi tacita de café
y decirlo
pareciera
hasta liviano

bebo deshaciendo
la madeja que hay de vos en mí
cabeza

reconforta haberte sacado
(ido)
de mi cuerpo
un láser infrarrojo le pasó por encima
ni una cicatriz quedó
-las invisibles son las peores-

alegrate
alegrémonos
no tenemos más de qué preocuparnos
ahora podremos vivir tranquilamente
sin palos en la bolsa

sé que debería sentirme con el cuerpo
de otra forma
pero todavía hoy
lo que hubiera podido ser
pasa a mi costado
y me saluda con cara

Dejá de hacer falta.
Hasta cuándo harás
falta.
aunque no sé decirte bien
si me hacés falta
o es la costumbre
porque también está
la costumbre
ésta
se mata de súbito
con la pregunta:

¿lo que me hace falta sos vos
o la sombra de vos que vive en mi cabeza?

Te estás diluyendo
¿no es terrible?
vos debés tener más miedo que yo
porque ya muy pronto
prontísimo
vas a desaparecer en mí.


2:

Ya
desnaturalicé
el dolor.

Saldré volando
Oh, saldré.

El peso de la luna mastica el aire,
amortigüa la caída.

La espera se volvió
montaña.

¿cómo atar cabos sueltos
de este enredo sin principio?

pareciera como si no hubierase dicho nada
y debajo de la mesa
la pregunta.

Un signo de interrogación colgado como un cuadro.

3:

y escribo esto
y te escribo a vos
te hago escritura
te contextualizo
embellezco lo horripilante de una historia
puramente ficticia
así podré redimirte y mirarte
algún día
con ojos de quien comprende
.

2 comentarios:

Sambayón dijo...

Desintoxicarse: desnaturalizarse(lo), redimirse(lo), interrogarse(lo), como vas a volver a mirar a los ojos?

Blas dijo...

"¿lo que me hace falta sos vos
o la sombra de vos que vive en mi cabeza?"

Contundente.

Bravos por estos versos, Bar.
Que estés bien.